En magnífico y hazañoso logro, la Liga Universitaria de Deportes y la Universidad de la República, acaban de escribir una página histórica para el deporte amateur Celeste. No hay techo cuando hay voluntad, espíritu de sacrificio y garra. Pequeños demográficamente pero grandes en valores deportivos, Uruguay se coronó campeón invicto en el Campeonato Mundial de Fútbol Universitario, efectuado en la ciudad china de Jinjinag.
Bajo el nuevo formato que dispuso la representatividad de cada país a través de una universidad, la Liga Universitaria presentó a la Universidad de la República como el representante celeste. El campeonato se jugó entonces con 16 países, divididos en cuatro grupos.
Uruguay compartió grupo con universidades de China, Rusia y Croacia. El debut fue justamente contra los locales, Hohai University, lo cual no amilanó a nuestros jugadores, que pese a los naturales problemas de aclimatación a la diferencia horaria, vencieron por 1 a 0, con gol de Nicolás Chaia.
El segundo encuentro fue difícil por la fortaleza y contextura física de los rivales, la Smolensk State Academy de Rusia, terminando en tablas con el score de 1 a 1. El gol compatriota fue marcado por Bruno Sarasúa.
Buscando el triunfo que lo metiera en Cuartos de Final, la UDELAR jugó el último partido de la serie contra la Universidad de Split, Croacia y en un juego muy reñido, logró una excelente victoria por 2 a 1, goles de Nicolás Chaia nuevamente y Santiago Pallares.
Llegados a Cuartos, el equipo Celeste siguió imparable y derrotó al representante de España, la Universidad de Málaga, por 2 a 0 en una muy buena actuación que ya lo posicionó como favorito para la prensa que seguía el evento. Una vez más Pallares llegó al gol, en esta oportunidad, acompañado por otro jugador que debutaba en las redes contrarias, Jerónimo Lima.
La Semifinal a la cual accedió la UDELAR invicta, la enfrentó a uno de los equipos históricamente más difíciles de este torneo. En efecto, bajo el anterior formato, Corea del Sur fue siempre uno de los equipos favoritos, habiendo logrado en numerosas oportunidades alzarse con el máximo título, basado fundamentalmente en la velocidad y despliegue físico de sus jugadores. Pero el orden táctico, la concentración, el buen juego y la efectividad de los Celestes prevalecieron y Uruguay jugando un partido formidable y con goles de sus goleadores Chaia y Pallares, se impuso 2 a 0 a la Myongji University de Corea del Sur y clasificó para la Final.
Faltaba el último esfuerzo. Desde la afiliación de Uruguay a la FISU (Federación Internacional del Deporte Universitario), era ésta la tercera oportunidad en que Uruguay llegaba a la final. En ambas ocasiones la suerte nos fue esquiva, aunque por cierto fueron igualmente reconocidos como hechos muy importantes, al obtener la medalla de Plata en 1979 en México y en 1985 en Japón.
El Cuerpo Técnico liderado por Alejandro Heguy, secundado por su ayudante de campo Rodolfo Trullen y el Preparador Físico: Gustavo Mariño, quienes ya conocían de triunfos internacionales, planificaron escrupulosamente el partido final y motivaron fuertemente al plantel para el enfrentamiento con el equipo de Australia, la University of Wollongong, que había dejado por el camino a varios equipos europeos de primer nivel. Uruguay, de blanco en esta oportunidad, logró ponerse prontamente en ventaja con un gol de Santiago Pallares cuando apenas transcurrían 4 minutos de juego. Pero a los 12’, llegó la igualdad para Australia merced a un gol de Marcus Beattie. De ahí en más el encuentro tuvo mucha paridad, las jugadas de gol se sucedieron para ambos bandos y con mucho nerviosismo en las tribunas, los 90’ terminaron igualados.
Ese resultado llevó al alargue y en el tiempo suplementario apareció nuevamente Pallares para poner de penal en el minuto 114’, el 2-1 que supondría la victoria y la consagración del equipo de la Universidad de la República como campeón invicto en una jornada histórica para nuestro país. La algarabía de los jóvenes en la cancha, los mayores en la tribuna y quienes a la distancia pudieron ver el encuentro fue enorme y la emoción caló hondo en el momento de la entrega de trofeos y medallas. Con llantos emocionados y una alegría desbordante fueron recibiendo sus medallas y también los trofeos al mejor arquero. Andrés Ferreira y al MVP, jugador más valioso por sus siglas en inglés, premio que recayó en el gran goleador Santiago Pallares.
Desde esta web saludamos a los jugadores, al cuerpo técnico ya mencionado, al Dr. Carlos Voituret, médico de la delegación, pero también a la UDELAR y a la Liga Universitaria toda, sus dirigentes y funcionarios y quienes conforman desde hace años ese rincón romántico del deporte amateur en Uruguay. Seguramente todos los uruguayos que en algún momento, desde hace décadas, han sabido integrar esas delegaciones y conocen los sacrificios de ir a jugar contra las potencias del deporte universitario mundial, todos, incluso más allá de las nubes quienes acompañen a los recordados “Bomba”, “Pipo”, “Sergio”, “Pichu” y tantos amigos queridos, todos sentirán profundamente una gran alegría por ese histórico oro. Finalmente un saludo en particular a quien dirige desde hace más de 30 años la Liga Universitaria de Deportes y también ha sabido ser Panathleta, su Presidente, Julio Jakob, quien siempre apoyó y comprendió la importancia de la competencia internacional como forma de superación, orgullo y desarrollo personal de nuestros jóvenes deportistas. A todos ellos el Panathlon Montevideo les dice: SALUD CAMPEONES !!!
Fotos: Facebook de la Liga Universitaria de Deportes